Page 37 - Necesidad del tribunal marítimo y fluvial en Colombia - GAC
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Colombia tiene todavía algún privilegio por el paso del Canal de Panamá. No hay que
olvidar la gran posibilidad de construir nuestro propio canal interoceánico (Atrató-
Truandó), hecho con el cual crecería en sobremanera el transporte marítimo y fluvial en
nuestro país. Colombia ha desarrollado sus puertos con la implementación de
la privatización de la antigua Empresa Puertos de Colombia, surgiendo
las sociedades Portuarias, las cuales a su vez contribuyen en otros países para ponerse
al día con el desarrollo portuario, como en el caso de Costa Rica, donde las empresas
colombianas hacen parte de entidades portuarias de ese país centroamericano.
1.5.2.- HISTORIA DE LA NAVEGACIÓN MODERNA: Entre los siglos XII y XIV,
después de las Cruzadas, la humanidad vivió grandes cambios: renacieron las ciudades
y el comercio creció, Europa tomó contacto con las tierras próximas de Asia y descubrió
sus productos y riqueza, las especias que por ahí llegaban, los perfumes, los tejidos de
seda, el papel o las alfombras. Frente a la pobreza europea, Asia tenía mucho que
ofrecer, y algunas ciudades comerciales de Italia, como Venecia, Génova, Florencia o
Pisa, empezaron a prosperar y a aumentar sus flotas mercantes.El europeo, que ignoraba
casi todo de Asia, se fue acostumbrando, desde el siglo XII, a un producto que llegaba
de allí y era cada vez más estimado: las especias, pimienta, jengibre, menta, cardamomo,
nuez moscada, salvia, perejil, comino, azafrán, clavo o anís. También se utilizaban para
fermentar algunas bebidas caseras y para la medicina elaboraba numerosos brebajes con
estos productos. A partir del siglo XIII, el comercio de especias estaba ya perfectamente
organizado. La mayor parte de ellas, las más selectas y apreciadas, procedían del Extremo
Oriente (del archipiélago de la Sonda, en la actualidad parte de Indonesia). La pimienta,
sin embargo, que era la más consumida y que abarcaba el 75% del comercio de especias,
procedía de la costa de Malabar, la más próxima a Europa (costa suroccidental de la India).
A través de las rutas tranasiáticas terrestres (Ruta de la Seda)[76] y marítimas (ruta del
Índico), las cuales estaban perfectamente organizadas, llegaban las especias al
Mediterráneo oriental (Trebisonda, Constantinopla, Alejandría), donde fueron levantando
sus factorías los mercaderes europeos, que las recogían para distribuirlas en el mundo
cristiano.
Además de especias, Asia ofrecía a Europa otros productos de lujo y refinamiento, como
las sedas chinas, perlas y piedras preciosas. Asia fue convirtiéndose en un lugar de
monarcas de ensueño, de reinos fabulosos repletos de oro, mucho oro, que contrastaba
aún más con la pobreza agobiante de los pueblos occidentales. Europa, sus gustos y su
comercio, dependía de chinos, tártaros, mongoles, turcos y árabes; demasiados pueblos
condicionando la prosperidad de unos y los gustos de otros.
Entre los grandes impulsores del estudio de la geografía, se destacaron los frailes
viajeros, sobre todo los de la orden franciscana, que movidos por un renovado y pacífico
afán evangelizador y de amor a la naturaleza recorrieron medio mundo y
transmitieron noticias y experiencias que pronto se divulgaron. Ver al infiel, ignorante del
Evangelio, como a un hermano a quien había que ayudar y no como un odioso enemigo
al que perseguir, supuso un auge misionero, y por tanto viajero. Llegaron a tierras
de África y de Asia y a su regreso, o desde sus misiones, describieron sus experiencias,
lo que habían visto, las maravillas contempladas, e impulsaron una literatura geográfica
que incitó la curiosidad de Occidente por conocer y acercarse a esas tierras.
La tradición cristiana, al querer someter la geografía al dogma, se vio en la obligación de
localizar en los mapas cada uno de los parajes bíblicos que aparecían en las Sagradas
Escrituras: el Paraíso Terrenal y sus alrededores, las regiones de Tarsis y Ofir, el reino
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