Page 46 - Necesidad del tribunal marítimo y fluvial en Colombia - GAC
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proteger el comercio marítimo, de lo cual se derivaba el fomento de la construcción naval,
                   formación  del  personal  idóneo  para  los  buques  mercantes  e  incremento  del comercio
                   exterior; la reglamentación de los oficiales y la reglamentación de los Capitanes de Puerto;
                   la  urgencia  de aprobar  las ordenanzas  Navales como marco legal  de conducción de la
                   Fuerza y muchos otros aspectos sobre construcción en el país de los buques de la Armada;
                   los estados Mayores y la organización de la marinería. Debido a los avatares de
                   1823-1826, este proyecto no cristalizó y, por el contrario Bolívar eliminó la Armada por
                   decreto del 24 de noviembre de 1826. Lo poco que quedó murió con el asesinato político
                   del Almirante Padilla[88]en octubre de 1828.

                   Después vino un periodo de casi 80 años en el cual ninguno de los presidentes reconoció
                   los océanos que bañan la República que se convirtieron para los colombianos en el "Mar
                   del Olvido", por lo cual la República debió sufrir 6 agresiones por mar de Francia, Gran
                   Bretaña, Estados Unidos e Italia, amén de las indemnizaciones que pagó a dichos países,
                   por un valor aproximado de $ 2"380.000.00 pesos de la época, equivalentes al dólar, todo
                   lo cual culminó con la perdida de Panamá. Solo Rafael Reyes (1904-1909) quiso enmendar
                   tan lamentable error y creó por Decreto 793 del 076 de julio de 1907 la Escuela  Naval
                   Nacional en Cartagena, pero RAMÓN GONZÁLEZ VALENCIA[89]nuevo presidente (1909-
                   1910), la eliminó de un plumazo el 28 de diciembre de 1909.

                   Fue necesario que se presentara el conflicto con el Perú (Septiembre de 1932 al 24 de
                   mayo de 1934) para que los dirigentes de la Nación salieran del letargo de un siglo que
                   se incurría en relación con los mares. De este modo en 5 meses y en una locura carrera
                   contra el reloj, organizaron casi que a partir de cero una Armada para poder atender las
                   acciones de Tarapacá y Güepi; ya a principios de 1934 esta incipiente Armada equilibró
                   y superó el poder naval del contrincante.

                   Afortunadamente para el país y a pesar de la tardanza, desde hace 77 años cuenta con
                   una  institución  que ha  venido dando  virajes  para corregir  el abandono secular  de  sus
                   mares: La Armada que con sus escuelas de formación, sus unidades a flote e instalaciones
                   terrestres,  ha  tomado  el  timón  con  el  objeto  de  navegar  a  salvo  en  su  extenso  mar
                   jurisdiccional.  Pero  la  Escuela  Naval  es  el corazón de  la  conciencia  marítima  porque
                   impulsa la sabia del conocimiento al organismo institucional a través de los hombres y
                   mujeres que pasan pro el Alma Máter, a quienes les infunde "el conocimiento exacto y
                   reflexivo  sobre  el  mar  y  sus  proximidades",  y  además  el  espíritu  naval  intangible,
                   abstracto pero dinámico, que es capaz de crear al Poder Marítimo, mediante el cual el
                   mar se puede incorporar al desarrollo nacional. Por eso la visión del instituto de expresar
                   "Formar  oficiales  altamente  capacitados  para  defender  los  intereses  nacionales  de la
                   Armada en las áreas de su jurisdicción. Lideres con calidad, ciudadanos ejemplares y los
                   primeros impulsados en el poder marítimo de la Nación".

                   Durante  más  quince  lustros  las  Escuelas  de  formación  de  Oficiales  y  Suboficiales  han
                   venido  preparando  profesionales  y  tecnólogos  y los  capacita  en  diversas  áreas
                   relacionadas con el mar. Una vez salen de sus aulas todos ellos han contribuido, en una
                   u  otra  forma,  a  despertar  la  conciencia  marítima  de  un  país  que  había  permanecido
                   alejado de sus mares por muchísimos años. Veamos con algunas cifras: por la Escuela
                   Naval durante los últimos 77 años han pasado aproximadamente 11.000 cadetes y de
                   ellos se han graduado como oficiales 4.000 aproximadamente, de los cuales 3.400 (88%)
                   son del interior del país y 600 (12%) de la costa. Se suma a ello la incorporación de la
                   mujer para el curso de oficiales del cuerpo ejecutivo. La Escuela Naval de Suboficiales en
                   Barranquilla[90]en sus 77 años, ha recibido aproximadamente a 25.000 aspirantes y se
                   han  graduado  como  Marineros  unos  15.000.  Las  estadísticas en  los  últimos  5  años
                   muestran que de un promedio de 680 por año, 440 son de la costa (65%) y 240 del


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