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PUERTO DE BARRANQUILLA

                  Las  inundaciones causadas por el fenómeno de la Niña 2010-2011
                  dejaron entre Daños y Pérdidas un  balance  negativo,  que  a la fecha
                  sobrepasa los $18 billones, o sea que si se repite cada 12 años, sería un
                  detrimento de $1,5 billones por año. Pero si se planifica y se le muestra
                  al alto Gobierno que podemos mejorar las zonas inundables subiéndoles
                  el nivel entre 0,5 y 1,2 metros, poco a poco en un plan de largo plazo
                  que no cueste más de $0,2   billones anuales, podríamos estar retirando
                  del cauce otros 3 millones de toneladas métricas anuales. Los dragados
                  de mantenimiento del Magdalena y del Puerto Marítimo de Barranquilla,
                  que deberán seguirse haciendo, sumaran otros 3 millones de toneladas
                  métricas anuales y deberán ayudar a que el mismo río haga su trabajo
                  limpiando mediante el transporte de fondos otra buena  parte, que se
                  descarga por arrastre hasta la llanura abisal colombiana enfrente de la
                  desembocadura en Bocas de Ceniza

                  Caso diferente y aparte es el Canal del Dique donde se desemboca en
                  fondos casi que    nivelados causando  que  el material sedimentario,
                  mayormente material lavado que no puede seguir avanzando por falta
                  de corriente de arrastre, permanezca  cerca de los aliviaderos en las
                  Bahías de Barbacoas y Cartagena. En teoría el Canal del Dique debería
                  desaguar entre un 9% y un 11% del caudal medido en Calamar, lo que
                  arrojaría entre 2,6 y 3,4 millones de toneladas de arenas sedimentarias
                  anuales, a las que habría que descontar unas 300.000 toneladas
                  retenidas en la trampa de sedimentos de Calamar.

                  Surgirán las medias palabras en negativo sobre el tema, y digamos que
                  son bienvenidas al debate; ejemplo,  alguien dirá que  ya esas arenas
                  contienen demasiado sílice y no son buenas para los cultivos, sin
                  embargo vemos que el suelo sedimentario cercano a la desembocadura
                  continua produciendo buenos  cultivos de pan coger y    produciendo el
                  famoso mango orgánico del Magdalena.., y algún otro dirá que esos
                  sedimentos están contaminados sin apenas analizar sobre el indebido
                  origen de esas contaminaciones y las posibilidades de neutralizarlas con
                  medidas en las fuentes o con tratamientos sencillos.
                  Aquí solo planteamos inquietudes y hacemos sugerencias, pero lo más
                  importante está en no  perder el deseo por conocer el problema y
                  buscarle soluciones siempre de largo  plazo, con continuidad, con la
                  duración de una verdadera Política de Estado y no como un efímero Plan
                  de Gobierno.

                  En general los sedimentos requieren de un plan administrativo especial;
                  debemos identificar donde sobran y donde  hacen falta, y esto es
                  aplicable no solo al cauce del Magdalena sino también a los fenómenos



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