Page 3 - Necesidad del tribunal marítimo y fluvial en Colombia - GAC
P. 3

Introducción

                   A lo largo de la historia se ha sabido que quien domina los mares domina el mundo, antes
                   fue en el campo militar para lograr insumos, tierras, esclavos y aliados. Eso fue constante
                   a través de los siglos, cambiando de protagonista de época en época. Los precursores de
                   estas embestidas fueron los Vikingos, quienes llegaron hasta Terranova, en lo que hoy
                   es Canadá, conquistaron muchas tierras en el norte de Europa, y Asía, dejaron legado e
                   historia  por  donde  pasaban.  Posteriormente  llegaron  los  portugueses,  españoles,
                   británicos  y  holandeses,  quienes  a  raíz  del descubrimiento  de  América,  y habiendo  ya
                   colonizado parte de África y Asía, vieron la necesidad de delimitar la navegación en su
                   aspecto legal.

                   Colombia surgió por el acontecer mismo del desarrollo de la navegación. La llegada de
                   Cristóbal  Colón  y  consecutivamente  la  de  los  conquistadores  españoles  fueron  los
                   primeros actos en el surgimiento de la navegación en lo que hoy es nuestro país, aunque
                   desde mucho tiempo atrás nuestro  antepasados  precolombinos  recorrían  las costas  de
                   los océanos Pacifico y Atlántico y surcaban con sus chalupas o piraguas por los grandes
                   y   caudalosos   ríos   de   nuestra geografía,   enjambre   fluvial   aprovechado   por   los
                   conquistadores  para  incursionar  en  las  entrañas  de  estas  nuevas y  hermosas  tierras
                   americanas. Pero parece que ese comienzo de la nueva patria quedó en el olvido, y solo
                   era       importante la       tierra firme,       descuidando       nuestros       litorales       y
                   nuestras  cuentas hidrográficas, hecho que generó después de la independencia, el sueño
                   de  nuestro  Libertador  Simón  Bolívar,  la  fragmentación  de  la  Gran  Colombia,  y  la
                   reducción del territorio en más de un 80% de lo que inicialmente fue nuestra patria boba,
                   llegando incluso a la perdida de lo que pudo y debió ser la Capital de Colombia, Panamá,
                   despertando un poco del letargo cuando el vecino país del Perú pretendió apoderarse de
                   Leticia, nuestro enclave en el río Amazonas. Pero no solo perdimos territorio sino tiempo
                   en el desarrollo de las instituciones relacionadas con la navegación marítima y fluvial.

                   Las instituciones militares y civiles fueron las grandes damnificadas en el correr del tiempo
                   en  nuestro  país,  bien  por  celos  políticos,  que  llevaban  a  la  conformación de grupos
                   opositores  a  los  gobiernos  de  turno,  que  cuando  llegaban  al  poder,  truncaban  de  un
                   plumazo el surgir de las entidades  que tenían  que  ver  con el desarrollo marítimo. Por
                   muchos años los puertos en Colombia se desarrollaron a paso lento, hecho que contribuyó
                   de  igual  manera  al  pausado  crecimiento  de  la  normatividad  referente  a  la  actividad
                   portuaria. Sin embargo la necesidad de alcanzar el mercado internacional, el que fuera
                   por muchos años nuestro producto bandera de exportación, el café, obligó, no al ejecutivo,
                   sino a la Federación Nacional de Cafeteros en pensar en formar una flota mercante,  pero
                   para  ello  debió  contar  con  el  aval  del gobierno,  que  incursionó  en esta clase de
                   gestas después de la conformación de la Flota Mercante Grancolombiana, en  1931  con
                   la   expedición  de   la  primera  Ley referente   al transporte marítimo   que autoriza  al
                   Gobierno  a  fomentar,  por  medio  de contratos,  la  formación, organización y desarrollo
                   de una Compañía Nacional de Marina Mercante, así como la creación de una Sección o
                   Departamento de Marina dirigida por Oficiales Navales colombianos. De ella hicieron parte
                   además  los  Estados  de Venezuela y Ecuador,  quienes  por  muchos  años fueron   los
                   socios  de  esta  prometedora empresa marítima.  Pero  al  correr  los  años Venezuela se
                   retiró  de  la   sociedad y  luego  de  otros  lo  hizo  Ecuador,  quedando  la  Flota  en  manos
                   colombianas. Junto con la Flota Mercante surgieron otras empresas de transporte marítimo
                   que  trajeron  de  alguna  manera  el  surgir  y  desarrollo  de  la  marinería  comercial  en
                   Colombia. Actualmente todas las grandes empresas de transporte marítimo colombianas
                   o fueron liquidadas o se trasladaron a otras latitudes donde ofrecían mayores garantías.



                                                                                                              3
   1   2   3   4   5   6   7   8