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08 – CURIOSIDADES DEL MAR
Rómulo mientras tanto y a la distancia seguía con la vista al SS TRITONIA, en uno
de los lances del trasmallo, cayó un gran pargo rojo, el cual destinó de inmediato a
su nuevo amigo extranjero, pues dijo era rojo como la piel de su nuevo amigo el
oficial Ingles.
A eso de la una de la tarde, RÓMULO, llegó a babor del SS Tritonia, pero uno de los
marineros le hacía señas que se alejara de la embarcación, mientras Rómulo
angustiado alzaba el gran pargo rojo y le gritaba “Pescado para mi amigo”,
ALEXANDER, al oír los gritos del pescador, se dirigió hacia la cubierta de babor y
vio a Rómulo y le gritó “Hey amigo fisherman, come” (Hey amigo pescador, venga).
Se acercó Rómulo y le pasó el gran Pargo a Alexander, quien lo recibió con una gran
sonrisa, lo llevó a la cocina y regresó con una bolsa de lona, con enlatados de todas
las clases, un blok de notas nuevo y encuadernado y un libro con pinturas y
fotografías de vapores de todo el mundo.
La noche anterior Kiko había servido de guía al capitán Robert White y a los
Oficiales Alexander Johnston y William Hall, y en una de las conversaciones que
sostuvo con el primer oficial, le contó lo que hacía Rómulo cuando los vapores
llegaban a la bahía de Buenaventura, que apuntaba sus datos en un viejo cuaderno
para luego ir a donde sus nietos y narrarles todo lo referente a esa embarcación, y
que después iba a buscarlo a él para averiguar sobre la bandera del vapor, hecho
que se le quedó grabado en la memoria del inglés, y por ello le hizo ese obsequio al
viejo Rómulo.
Alexander no solo le pasó la bolsa de lona con los obsequios, además le dio dos pesos
($ 2.oo) por el pescado, pero Rómulo no los quiso aceptar, prefirió los obsequios que
el dinero, eran más importantes para él, y se despidió agradecido.
Como era temprano, Rómulo decidió acercarse a la pequeña parcela que cultivaba
y para recoger algunas papachinas y cañas, eran casi las 3 de la tarde y observó un
humo que salía en la dirección en donde estaba anclado el SS Tritonia.
Mientras descargaban las traviesas del SS Tritonia, comenzó un fuego en la sala de
máquinas del vapor, el Capitán White, estaba en tierra haciendo tramites y le
avisaron sobre el incidente que se estaba presentando en su barco, el cual había
quedado al mando del Primer Oficial Alexander Johnston que al ver que las llamas
alcanzaban ya parte de la cubierta ordenó a la tripulación y a los estibadores que
estaba desembarcando las traviesas que abandonaran el vapor al darse cuenta de
que el fuego no podía ser contenido, pese a los esfuerzo que había hecho para ello.
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