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Noti-NAVAL


               El cadete valeroso  es aquel  que no  olvida  sus obligaciones  ni las  rehuye en  ningún
               momento, ni en los demás  apurados  trances  que pueda verse, el  que sufra
               animosamente las fatigas inherentes a su puesto, y el que, obediente a las ordenes de
               sus jefes y superiores se mantiene sereno y activo en todas sus tareas.

               El cadete valiente no miente nunca, confiesa sus faltas y reconoce sus errores. El valor
               no debe confundirse con la bravuconería ni con el carácter pendenciero que lejos de ser
               cualidades recomendables constituyen vicios que deben extinguirse.

               Valor no es sinónimo de temeridad. Es valiente aquel que no desmaya ante los peligros
               y afronta las dificultades; pero, es temerario el que pospone la prudencia para dar libre
               curso a la ostentación peligrosa que  pone en riesgo la vida  propia o la de sus
               subordinados.

               En los contratiempos o tempestades es valiente el marino que arrastra con sangre fría y
               espíritu quieto y reposado el peligro que lo rodea y las circunstancias que lo envuelven,
               pero es guiado  por la prudencia y la reflexión; es temerario quien olvidando las
               responsabilidades que sobre él descansan se lanza imprudentemente contra el riesgo y
               lucha o pretende luchar sin posibilidad de éxito.

               La serenidad en el marino es virtud primordial y principalísima; debido a ella los estados,
               las compañías, el comercio y la sociedad, depositan en sus manos y confían en sus
               capacidades, honor vida y fortunas; esto en tiempo de paz. En tiempo de guerra, el
               marinero encarna los triunfos de la patria; despliega en el combate el mayor valor y
               serenidad; dirige la acción con la presencia de ánimo propia del que sí conoce el arte de
               la ofensa y la defensa; medita todos los casos posibles y su remedio con la destreza de
               la disciplina anticipada, en que cada uno funde  una noble y  cabal confianza de
               superioridad entre cualquier fuerza de iguales apariencias.

               En tiempo de paz prudencia y sereno; en tiempo de guerra, valiente y en el instante
               supremo de ofrendar su vida en aras de la patria temerario.

               Como Nelson en el inmortal combate de Trafalgar; como vuestros héroes, Ricaurte en
               San Mateo, y Girardot, en la cumbre del Bárbula, saber conjugar en un solo sentimiento
               la prudencia la temeridad y la gloria


                [1]  Valm. Rubén  Piedrahita, Despedida al Capitán  de Navío Ralph Binney  (Episodios  de la Armada,
               Imprenta de la Fuerzas Militares, 2000)

               [2]  Oren Harare, Colin Powell provocador (Los Secretos de Liderazgo de Colin Powell, Mc Graw Hill Trade,
               2003).

               [3] CN Rhalp Binney. Normas para el Cadete. (La Corredera 1937).



                                                            [5]
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